jueves, 29 de marzo de 2012

EL HUERTO ESCOLAR • 8: SEMBRAR Y PLANTAR


EL HUERTO ESCOLAR • 8

SEMBRAR Y PLANTAR


 
Ya sabréis, amigos y amigas, que a partir de las semillas podéis obtener nuevas plantas
para el huerto escolar. ¿Cómo se desarrollarán mejor las plantas, sembrándolas antes en un semillero o directamente en el terreno a cultivar?
Un semillero con materiales reutilizados. Podéis preparar un semillero sencillo y barato con una caja de pescado, envases de yogur, etc. (reutilizar es una buena forma de ahorrar, y una solución a los problemas que causan las basuras).
Primero, debéis preparar el sustrato del semillero: podéis mezclar tierra del huerto,
humus de lombriz, compost, turba o arena de río. Mezclarlo todo bien y humedecedlo bien. Dejad que escurra y colocad una capa de 8 ó 10 cm en el semillero.
El siguiente paso será sembrar en el semillero. Esparcid bien las semillas sobre el sustrato; luego cubrirlas con una capa fina de tierra, o remover suavemente la superficie. Poned etiquetas, o los sobres de semillas vacíos, para recordar qué habéis sembrado
en cada zona. Regad suavemente con una regadera fina y agua templada. Recordad que hay que observar y cuidar los semilleros todos los días: cuándo germinan las semillas, cuándo nacen las plantas, su crecimiento, etc., apuntándolo en vuestro cuaderno.

Tened cuidado con la temperatura: ¿qué les ocurrirá a las semillas si la calefacción de la escuela seca demasiado el semillero? Podéis hacer el experimento de relacionar la temperatura del sustrato (medid con un termómetro), con la germinación de las semillas y el desarrollo de las plantas.
Cubriendo el semillero con plástico o cristal podéis proporcionarle más temperatura, pero tened cuidado con el exceso de humedad en el aire.

Un semillero exterior. Podéis preparar un semillero exterior en la parcela del huerto que tenga mejor tierra. Allí mismo podéis hacer un sencillo invernadero con cañas y plásticos. O construirlo como en este dibujo, rellenándolo después de buena tierra.
Pensad bien la ubicación y orientación del semillero exterior. Observad o recordad el de algún caserío o huerto cercano: ¿cuál es su orientación con respecto
al sol y a la dirección de la que suele venir el viento frío? Conviene que esté en un lugar accesible, ya que hay que cuidarlo frecuentemente.

Para manejar el semillero exterior, tened en cuenta cuándo conviene cerrarlo o abrirlo;
según convenga aumentar su temperatura, airearlo, etc. (ved la ficha de cada cultivo). Observad qué ocurre si se maneja mal: si hay exceso de humedad, si se calienta poco o demasiado.
Repicado y transplante desde el semillero. Cuando las plantas del semillero tengan ya cierto tamaño hay que sacarlas, bien transplantándolas directamente al terreno, bien pasándolas provisionalmente a macetas o potes (“repicarlas”). Averiguad cómo debéis realizarlo (en cada cultivo puede ser diferente): y también si ha de hacerse “a raíz desnuda” o con “cepellón”; a qué profundidad, etc.
Si conviene repicar las plantas, preparad el sustrato y rellenad el fondo de los recipientes. Regad bien el semillero antes de sacar las plantas, introducidlas en los recipientes y rellenad con más sustrato, sin dañar las raíces, y dejando la planta firme y tiesa. En algunas semanas, las plantas estarán como para ser transplantadas directamente al terreno.

Para transplantar las plantas al terreno definitivo, regad primero bien el semillero o recipientes que las contienen; haced pequeños hoyos, introducir la planta sin torcer sus raíces ni enterrar el “cuello”. Comprimid después ligeramente el suelo para que esté firme, y regad. No conviene hacerlo con sol demasiado fuerte.
.Quizás os convenga dejar algunas sin plantar para suplir luego las que no vayan
bien.

.Antes de plantar definitivamente en el terreno, conviene que las plantas se acli-
maten durante algún tiempo (en un invernadero, o al aire libre si no hace mucho frío).
Siembra directa en el terreno. Ya habréis visto que las semillas también se pueden sembrar directamente en el terreno donde van a ser cultivadas.
¿Qué cultivos se siembran así en los caseríos o huertos de vuestro entorno? Para sembrar directamente debéis preparar bien el terreno. Puede haber diferentes métodos para sembrar: esparcir las semillas “a voleo”, “en hileras”, poniendo varias “en hoyos”. Mirad bien qué método, a qué profundidad, cuánta cantidad de semillas, etc., se aconseja para cada cultivo. Para hacer las hileras, utilizad cuerdas. Después de sembrar, enterrad ligeramente las semillas (con un rastrillo por ejemplo), y regad suavemente.
.Podéis hacer este experimento para comprobar qué provoca la humedad en las semillas. Dejad sin regar una parte del terreno sembrado, y comprobad los resultados. En algunos cultivos se aconseja tener antes las semillas en remojo durante algún tiempo; ¿por qué será?

.Cuando hayan nacido las plantas sembradas, quizás convenga hacer un aclareo, quitando las que sobren si han nacido demasiado juntas, las que estén más débiles, etc. ¿Se os ocurre qué se quiere conseguir con esto?
Ya veis: sembrando en semillero podéis conseguir abundantes plantas para vuestro huerto escolar; os nacerán antes y estarán más sanas que a la intemperie,
porque habrán sufrido menos ataques e inclemencias .

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